Vecinos
de El Palomar exigen clausura y relocalización del aeropuerto
A través de una carta
abierta dirigida al ministro de Transporte de la Nación Mario Meoni, los vecinos
de las localidades de Morón, Hurlingham y Tres de Febrero, exigen de manera
inmediata el cierre del aeropuerto de El Palomar y su traslado a una zona no
urbana para evitar una catástrofe sanitaria debido a los altísimos niveles de
ruido, monóxido y dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, que emanan
los aviones y contaminan el aire, produciendo trastornos, enfermedades
respiratorias y ciertos tipos de cáncer.
Por tal motivo,
hacen responsables a los funcionarios públicos (del anterior gobierno y el
actual) involucrados por las consecuencias jurídicas, políticas, sociales y
ambientales que implica la decisión de mantener este aeropuerto en un lugar
densamente poblado.
A continuación, transcribimos el contenido
de la misiva:
En el segundo
aniversario del primer vuelo en el Aeropuerto del Palomar, nos dirigimos a
usted (Meoni) con el fin de hacerle llegar nuestra profunda preocupación por
las políticas de aerotransporte en relación al ilegítimo aeropuerto habilitado
en las instalaciones de la 1ª Brigada Aérea de El Palomar. Estas acciones se
iniciaron en el año 2017 por la administración anterior y han continuado sin
cambios.
Las
preocupaciones de los vecinos y de organizaciones diversas de la vida civil de
la región son.
IRREGULARIDADES
La Base Aérea, devenida en aeropuerto comercial a inicios de 2018 se encuentra en
el partido de Morón, en su límite con Hurlingham y Tres de Febrero. La región,
en la actualidad está densamente poblada, con zonas de urbanización mixta que
son en gran parte residenciales con algunas zonas industriales. Esta
urbanización rodea completamente al establecimiento, con excepción de la zona
noreste en donde se ubica el Colegio Militar de la Nación.
Para dar una
idea de la cercanía de la urbanización al aeropuerto podemos indicar que las
distancias desde las cabeceras a las zonas urbanas son de 500 metros hacia en NNO
(Hurlingham) y 600 metros
hacia el SSE (El Palomar), sobrevolando los aviones a una altura de entre 10 y 40 metros.
Por otro lado,
lateralmente hay urbanizaciones a 400 metros de la pista, y otras a 200 metros de la zona de
operaciones. Una sencilla comparación indica que el punto en donde se estrelló
el avión de LAPA en el año 1999 en el Aeroparque Jorge Newbery, en el Palomar
se correspondería con el colegio EMAÚS, establecimiento al que concurren 3000
estudiantes de entre 2 y 19 años. Esto nos marca el riesgo latente que corre la
población circundante, expuesta a una posible catástrofe social, ambiental y
sanitaria.
La Base Aérea de El Palomar, fue súbita
e ilegítimamente transformada en
aeropuerto comercial por decreto del
ex presidente Mauricio Macri (1092/17) sin
un estudio de impacto ambiental (incumpliendo Ley 26.675, artículo 11: “Toda obra o actividad que, en
el territorio de la Nación,
sea susceptible de degradar el ambiente, alguno de sus componentes o afectar la
calidad de vida de la población, en forma significativa, estará sujeta a un
procedimiento de evaluación de impacto ambiental previo a su ejecución )
Ni una
audiencia pública previa, (artículo
20 de la misma ley: “Las autoridades deberán institucionalizar procedimientos
de consulta o audiencias públicas como instancias obligatorias para la
autorización de aquellas actividades que puedan generar efectos negativos y
significativos sobre el ambiente.
La opinión u objeción de los participantes no será
vinculante para las autoridades convocantes: pero en caso de que estas
presenten opinión contraria a los resultados alcanzados en la audiencia o
consulta pública deberán fundamentarla y hacerla pública”) quebrando así un contrato social y códigos de convivencia
elementales.
La audiencia
pública y el estudio de impacto ambiental fueron realizados de manera tardía
por orden del Poder Judicial y cumplidos parcialmente, ya que se realizaron sólo
estudios parciales por parte de la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000
(AA2000) sin mediar intervención de especialistas que pudieran evaluar con
independencia técnica dichos informes, que a la postre resultaron falaces y
erróneos en muchos aspectos.
Lo que es peor,
ninguno de dichos informes toma en cuenta los efectos adversos que tendrá a
futuro la operación comercial del aeródromo. Para dar una idea, los documentos
presentados en la audiencia tardía que se realizó, supone un horizonte a 20
años con unas 170 operaciones por día, lo que supondría en horas pico un vuelo
cada 5 minutos. Aún más oscura es la pretensión del organismo regulador de
aeropuertos (ORSNA), que propone un límite operacional de 21 operaciones por
hora, o sea, un vuelo cada 3 minutos. No se ha realizado ni un solo informe
prospectivo del impacto de tal grado de actividad en la zona, claramente fuera
de todo nivel lógico y racional.
ADULTERACIÓN
EN LAS MEDICIONES DE RUIDO
El impacto es
perceptible en la zona. La contaminación acústica ya sobrepasa los límites
tolerables que indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el ruido en
la comunidad. Notablemente, este impacto ha sido escondido en los informes de
AA2000, fraguando el límite de impacto y tomando uno mucho más elevado que el
indicado.
Los efectos
adversos del ruido sobre el organismo está descrito con claridad por la OMS, involucrando trastornos
del sueño y del aprendizaje, interferencia en la percepción del habla, riesgos
cardiovasculares, molestias y trastornos en el comportamiento, efectos que se
dan sobre todo en niños y ancianos.
Imaginando un
escenario futuro en una escala que multiplica por 10 la cantidad de vuelos de
la actualidad, la vida en comunidad de la zona sería inviable.
CONTAMINACIÓN
QUÍMICA
Con respecto a
los demás contaminantes atmosféricos, se conocen los efectos adversos que
provocan los gases de combustión sobre la salud (monóxido y dióxido de carbono,
óxidos de nitrógeno y azufre, material particulado y elementos combustibles no
quemados), produciendo trastornos y enfermedades respiratorias y hasta algunos
tipos de cáncer.
Estos efectos
(como los de la contaminación por ruido) son acumulativos, produciendo riesgos
a mediano y largo plazo que, de producirse el horizonte de operación previsto,
provocarán una catástrofe sanitaria ineludible.
Debemos advertir
que de seguir adelante con este proyecto, las autoridades involucradas serán
responsables directos de la contaminación del ambiente que condena a la
población actual y a futuras generaciones de la región al inexorable deterioro
de nuestra calidad de vida debido al padecimiento de enfermedades o incluso la
muerte.
PROBABILIDAD
DE ACCIDENTES
Además debemos advertir a las Autoridades que a pesar de
ser normal que toda ampliación ya sea de la infraestructura aeroportuaria o de
sus operaciones conlleva estudios previos de la probabilidad de accidentes con
riesgo a terceros, individuales o colectivos, en tierra, que según las
documentaciones de la OACI
o del organismo rector en los United States, la Federal Aviation
Administration, plantean la necesidad según los casos de expropiar y demoler
propiedades, trasladar habitantes, y por sobre todo actividades.
En El Palomar se pasó de menos de diez mil pasajeros
anuales a cerca de un millón sin que se haya presentado ningún estudio que
contemple ese requisito, es decir de pocos vuelos al año a cerca de treinta mil
en la actualidad y más de cien mil muy pronto según el plan, sin que exista o
haya sido publicada esa evaluación.
VUELOS RAZANTES
Sin embargo podemos
asegurar que no hubo desconocimiento, porque en forma permanente desde
diciembre de 2015 en adelante mediante omisiones o alteración del sentido de
las referencias internacionales, de la
OACI o de la FAA,
se permitieron operaciones de aeronaves de gran porte con sobrevuelos de escaso
despeje sobre construcciones existentes con el agravante que algunas de ellas
son colegios, o tanques de productos químicos y/o combustibles, o formaciones
de trenes en horas pico.
Solo pensar que la
probabilidad de un accidente en vuelo que es una en un millón de partidas baja
a una por cien mil partidas en las cercanías de un aeropuerto, y que esta cifra
de operaciones se alcanza en poco más de un año con las operaciones actuales,
da escalofríos.
Para que esto haya
sucedido, la reglamentación argentina permite que un operador por si mismo,
autorice sin ningún otro requisito que su firma, que un Jumbo o un Airbus 380
despegue o aterrice si se trata de vuelos de cabotaje, muy laissesfaire,
laissespasser como vemos.
VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS
Por último pero
no menos importante, la
Base Aérea de El Palomar es un sitio de memoria por haberse
utilizado como centro clandestino de detención y como uno de los lugares de
donde partían los llamados “Vuelos de la Muerte”
durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar. Este sitio de
memoria, debería ser resguardado por la
Ley 26.691 que establece:
Artículo 2: “El Poder Ejecutivo nacional garantizará
la preservación de todos los sitios a los fines de facilitar las
investigaciones judiciales, como asimismo, para la preservación de la memoria
de lo acontecido durante el terrorismo de Estado en nuestro país”.
Por lo tanto, la
continuidad del aeropuerto compromete no sólo a los derechos humanos desde una
perspectiva histórica, sino que día a día viola los derechos humanos de las
presentes y futuras generaciones, afectando gravemente el hábitat y la calidad
de vida poblacional de nuestros distritos (Morón, Hurlingham y Tres de Febrero)
CONCLUSIONES
Por los
argumentos vertidos anteriormente, y teniendo en cuenta el artículo 41 de la Constitución Nacional
que establece:
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente
sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; y que tienen el deber de preservarlo”
Los vecinos
afectados a través de esta carta abierta, exigimos
a las autoridades con competencia en la materia:
- El cierre y traslado de la actividad comercial aeroportuaria en todas sus formas en la Base Aérea de El Palomar de manera urgente, a una zona no urbana.
- La revisión técnica y auditoría de todas las actuaciones referidas a la operación de la aeroestación que constan hasta la fecha, realizadas de manera independiente por universidades nacionales bajo convenios de cooperación con el Ministerio de Transporte y ANAC.
- La implementación de una política abierta para mantener el contrato social y el pacto de convivencia, que fuera roto con la apertura del aeropuerto, instando al diálogo entre los diferentes actores sociales, políticos y técnicos.
Finalmente,
apelamos a la responsabilidad de los funcionarios públicos (pasados y actuales)
sobre los actos de gobierno, los cuales deben asumir las consecuencias
jurídicas, políticas, sociales y ambientales que de éstos se desprendan.
Dirigimos esta
carta con copia a los funcionarios abajo nombrados, y a todo aquel que se
encuentre interpelado por nuestro reclamo.
Sr. Ministro de
Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible
Juan Cabandié
Sr. Ministro de
Defensa Agustín Rossi
Sr. Ministro de
Obras Públicas Gabriel Katopodis
Sr. Ministro de
Salud Ginés González García
Sr. Ministro de
Turismo y Deportes Matías Lammens
Sra. Ministra de
Justicia y Derechos Humanos Marcela Losardo
Sr. Ministro de
Ciencia y Tecnología e Innovación Productiva Roberto Salvarezza
Sr. Secretario
de Derechos Humanos Horacio Pietragalla
Sr. Gobernador
de la Provincia
de Buenos Aires Axel Kicillof
Sr. Director
Ejecutivo OPDS Juan Brardinelli
Sr. Director de
Sustentabilidad, Medio Ambiente y Cambio Climático Santiago Tiphaine
Sra.
Administradora Nacionel ANAC Paola
Tamburelli
Autoridad
Responsable ORSNA
Sin más,
esperamos ser recibidos y escuchados en nuestro legítimo reclamo, no estamos en
contra de un aeropuerto comercial, pedimos su traslado a una zona no urbana en
defensa de nuestra calidad de vida
Publicado por Grupo de vecinos de Morón,
Hurlingham y Tres de Febrero. Disponible en sitio web: