PIDE SE CUMPLA LA ORDENANZA
Unidos por el Silencio reclama urgente creación
de Oficina de Control de Ruidos y Vibraciones
Ante el incremento notable de la violencia acústica en distintas zonas de la ciudad y la desidia de los funcionarios encargados de combatirla, la Coordinadora contra los ruidos molestos Unidos por el Silencio exhorta al ejecutivo municipal a poner en funcionamiento la Oficina de Control de Ruido y Vibraciones que fuera creada por el Concejo Deliberante en octubre del año 2009.
Esta nueva estructura prevee las herramientas y los recursos necesarios para controlar de manera eficiente todo tipo de contaminación sonora, a fin de impedir la producción y proliferación de ruidos que molesten a los vecinos.
La ordenanza a través de la cual se creó, ya fue promulgada y publicada en el boletín Oficial, por lo tanto el Departamento Ejecutivo Municipal está obligado a ponerla en funcionamiento bajo pena, si así no lo hiciere, de incurrir en el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El drama de la violencia acústica comenzó a hacerse público en enero del año pasado cuando un grupo de vecinos de diferentes barrios de esta capital provincial que luchaban en soledad, decidieron juntarse y fundar la Coordinadora contra los ruidos molestos Unidos por el Silencio. A partir de allí, se conocieron testimonios desgarradores y pudo comprobarse que la práctica frecuente de escuchar música a alto volumen no solamente molesta a quienes no desean escucharla, sino que también puede acarrearles serios trastornos en la salud como la pérdida de la audición, estrés, hipertensión arterial, diabetes, insomnio, isquemias cardíacas y hasta la muerte, como ocurrió con una persona mayor en el barrio Progreso.
Ante la gravedad de la situación, el incremento del número de damnificados, el aval científico (Asociación de Otorrinolaringología de Corrientes y Colegio de Bioquímicos) y los estudios internacionales que los respaldaban, el Concejo decidió reducir el número de decibeles permitidos para el ruido domiciliario a los límites que establece la Organización Mundial de la Salud (30 para el día y 35 para la noche) y crear una nueva dirección (denominada Oficina de Control de Ruidos y Vibraciones) con fuerte contenido operativo, asesoramiento científico y control vecinal, que se encargue de hacerla cumplir. El intendente anterior, en lugar de ponerla en práctica para resolver el problema, trató de ridiculizar y agraviar a los vecinos que formaban parte de este nucleamiento para destruir la Coordinadora y desacreditar el reclamo. Evidentemente no funcionó porque hoy Unidos por el Silencio ha crecido y semana a semana suma gente de distintos lugares con nuevas demandas.
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