Los
chicos de los autos baffle desprecian a sus
mayores, buscan infligirles dolor y enfermedad fatal
mayores, buscan infligirles dolor y enfermedad fatal
Ese prestigioso antropólogo que
es Humberto Miceli alguna vez dijo, en una de sus magistrales conferencias
sobre contaminación acústica, que “el ruido es un proceso de dominación, cuando
subo el volumen, estoy negando al otro, lo invado y le impongo mis gustos”.
Esa parece ser la lógica de quienes
manejan los autos-baffle (vehículos cuyo estéreo ha sido modificado para emitir
sonidos tan fuertes que se escuchan a más de una cuadra de distancia), de
acuerdo a una investigación publicitaria realizada por el sociólogo norteamericano
Michael Wright (foto) y difundida en Argentina por la biblioteca virtual de la Universidad Nacional
de Rosario.
Wright, quién se graduó en la Universidad de
Oklahoma, se dedicó a inspeccionar las tácticas utilizadas en los avisos
comerciales por los fabricantes de equipos destinados a autos-baffle para
conocer cuáles son los valores y la psicología de quienes los compran.
Entre sus conclusiones señala que
los chicos de los autos-baffle tienen tendencias agresivas mucho más acentuadas
que las de generaciones anteriores dado que sienten desprecio por sus mayores,
buscan infligirles dolor y enfermedad fatal, gozan con el sufrimiento ajeno y
relegan a la mujer al papel de mero objeto sexual.
Como ejemplo menciona que para
atraerlos el titular de un aviso de la firma Prestige Audio publicado por la
revista Car Stereo Review dice “son la causa Nº1 de molestia para la gente
mayor de 40”
y en el desarrollo del texto les informa que “llevarán a los mayores de 40 al
ataque cardíaco”.
Luego explica que en la misma
revista los anunciantes de equipos para autos-baffle inducen a los varones a
creer que pueden ser físicamente desagradables y aún así ser adorados por las
mujeres si hacen suficiente ruido con sus autoestéreos. La consigna “perturba
la paz” aparece en el texto.
La revista Alpine lo anuncia como
“sonido asesino” y otro aviso presenta un joven adolescente con lentes oscuros,
expresión amenazadora y campera negra. En la mano tiene la foto de una mujer en
traje de baño con pechos prominentes, el texto dice “¿Quieren ver mi trofeo?
Este es mi trofeo. Yo compito en la calle, donde realmente cuenta”.El mensaje
es claro: quienes agravian a otros con equipos productores de ruido serán
adorados por bellas mujeres ansiosas de estar disponibles como trofeos.
Más adelante incluye un anuncio
de Lightening Audio que dice: “olvídate de despertar a los vecinos, aterrorízalos,
rompe los récord de presión sonora y también las ventanas”. Compitiendo, al
parecer, por llegar lo más lejos posible con la decencia, el anuncio concluye:
“la capacidad viciosa del asesino se instala exclusivamente en las mentes
enfermas de Lightning Audio”.
Finalmente advierte que el texto
de la contratapa de la revista Car Stereo concluye “el poder lo es todo”. Tácitamente
se incorporan los siguientes mensajes: las mujeres sólo son interesantes debido
a las partes de sus cuerpos y tal como los componentes para autoestéreo son
sólo mercancías.
Solución
Wright recomienda que el mejor
castigo para los responsables de estos anuncios sería privarles de sus
ganancias, a los fabricantes restringir sus operaciones y a todas las partes
involucradas (incluyendo a quienes los conducen y utilizan) un endurecimiento
de las penas a través de ordenanzas municipales.
Esta problemática ha sido planteada
por funcionarios y es hoy uno de los temas centrales que se tratan en la Defensoría del Pueblo
donde se está actualizando el Protocolo de Actuación contra ruidos molestos
entre representantes del Municipio, Gobierno Provincial, Poder Judicial y la Asociación Unidos
por el Silencio.
Publicado por diario digital Momarandu.com Disponible en
sitio web:
Publicado por Anger Citizen. Disponible en sitio web:
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