Más de 80
asociaciones europeas de lucha contra el ruido
se reunieron en Madrid para limitar el ocio nocturno
se reunieron en Madrid para limitar el ocio nocturno
La red vecinal “Vivre la Villa Europe” que nuclea a más
de 80 asociaciones de lucha contra la violencia acústica de Francia, Italia,
Portugal, Bélgica y España, se reunió en Madrid con el objetivo de limitar la
movida nocturna para recuperar el espacio público, el paisaje y la tranquilidad
en el centro de las grandes ciudades europeas.
Del encuentro (el tercero desde
que fue creada la Red
en 2010) participaron expositores de la Unión Europea, Ecologistas en Acción, docentes de las universidades de Turín y el
País Vasco, líderes vecinales, de opinión y representantes del Ayuntamiento
de Madrid.
La conclusión fue que la
industria del ocio nocturno, especialmente la que generan los bares y locales
bailables, altera la paz social y la
calidad de vida de las personas al
promover la música a alto volumen que incrementa el consumo de alcohol y
drogas.
Asimismo, coincidieron que este
tipo de “industrias” degrada el patrimonio arquitectónico, social y cultural de
los cascos históricos y afecta el desarrollo económico y productivo de los
trabajadores que viven en el lugar.
Además de las ponencias, se
realizaron seis talleres de trabajo. En el primero de ellos se abordó el “Marco
normativo y la relación con las instituciones” en el que se incluyó una
propuesta novedosa que es la creación de los observatorios urbanos para dar
mayor agilidad a las respuestas y optimizar el funcionamiento de las
administraciones locales.
El segundo versó sobre “El
tratamiento urbanístico de los centros históricos” en el que se planteó establecer
Planes de usos Urbanísticos específicos para el centro y corregir la falta de
equipamiento y servicios públicos para residentes.
El tercero fue uno de los
principales ejes del encuentro “Ocio nocturno en nuestros barrios: problemas y
soluciones”, en el que se analizaron todas aquellas actividades consideradas
una fuente de presión y obstáculo para
la convivencia y la calidad de vida de los habitantes del centro de las
ciudades. El primer tema que sobresalió fue el del ruido y el segundo, la invasión y privatización del espacio público
y el uso descontrolado de las terrazas (mesas y sillas en las veredas) y demás explotaciones
comerciales.
El cuarto fue las “Amenazas a
futuro: gentrificación y turisficación”, que se manifiesta en el problema de
acceso a la vivienda porque el espacio público está ocupado.
El quinto, “La movilidad como
problema en los centros históricos”, en el que se habló no solo de los
desplazamientos diarios sino también en cuanto a la presión del tráfico que
apenas cabe por el trasporte de carga que produce caos.
El sexto fue “Cómo las
asociaciones y colectivos de la sociedad civil podemos organizarnos mejor para
defender nuestros barrios”, y se acordaron pautas de participación ciudadana y
cómo organizar los diferentes grupos para alcanzar una mayor fuerza en el
reclamo ante las autoridades, lobbies comerciales y empresariales. Dentro de
ese contexto se trataron temas concretos como “Modelos de lucha y exposición de
problemas”.