Federico Miyara
disertó sobre ruido laboral en la
UTN
Explicó
deficiencias legislativas, tipos de decibeles y sonómetros, frecuencias fundamentales, armónicos, el
fenómeno de la inmisión y la importancia de audiometrías y protectores
auditivos.
Cuando uno está frente a una
eminencia y tiene la posibilidad de escucharla, se siente un privilegiado. Esa
quizás, es la definición que mejor le cabe al auditorio que pudo participar de
la conferencia sobre ruido que ofreció el gran maestro argentino Federico
Miyara en la
Universidad Tecnológica Nacional de Resistencia.
Sobre el expositor no hace falta
agregar demasiado: al margen de ser ingeniero electrónico, docente,
investigador y director del Laboratorio de Acústica y Electroacústica de la Universidad Nacional
de Rosario desde hace 25 años, es el más reconocido de los profesionales que se
dedican a la acústica, ha publicado alrededor de 110 artículos entre congresos y revistas, dictó seminarios de
especialización y posgrado en Argentina, España, Uruguay, Bolivia y Chile,
escribió dos libros (Acústica y Sistemas
de Sonido y Control de Ruido) y
es invitado frecuentemente a dar charlas y conferencias en todo el mundo.
En esta oportunidad, los
beneficiarios de su conocimiento fueron los alumnos de la Especialización en
“Higiene y Seguridad en el Trabajo”, que preside la profesora Patricia Belkys
Paredes.
La legislación no protege al trabajador
En cuanto a la legislación
laboral, Miyara explicó que la que actualmente rige en Argentina no protege
adecuadamente al trabajador porque promedia dos conceptos totalmente disímiles
como son la salud y la rentabilidad empresarial. Al hacerlo, el tope de
decibeles permitidos supera en 15 dBA, lo recomendado por la Agencia de Protección
Ambiental de los Estados Unidos, que tomó como criterio una recomendación de la Organización Mundial
de la Salud.
Asimismo, advirtió que el texto
normativo de la ley 19587 tampoco incluye los sonidos de baja frecuencia y las
enfermedades multicausales como el estrés, que puede generar riesgo
cardiovascular.
Con respecto a la parte técnica,
aclaró que el sonido se produce por una perturbación de presión y que los tonos
agudos tienen una longitud de onda de 17 milímetros que es
mucho más pequeña que la de los graves, que llega a 17 metros. Esa es la
razón por la cual estos últimos pueden escucharse a mayor distancia y son mucho
más difíciles de acustizar que los primeros.
Rango audible
A la presión sonora la definió
como la diferencia entre la presión total y la atmosférica. El rango audible en
una frecuencia de 1 kilo Hertz es de 20 micropascales (cero decibel) a 20
pascales. Cuando la frecuencia aumenta, esos valores pueden disminuir y caer en
el rango de decibeles negativos, aunque es más difícil escucharlos.
La potencia acústica precisó que
es la energía sonora total por unidad de tiempo y se mide en W (wattios). Una
fuente de 1,2 W puede entregar 80 decibeles a un metro de distancia. Si se
superponen dos fuentes, se incrementa la presión sonora en 3 dB porque es logarítmica
y cuando tengo varias, predomina la mayor.
Las frecuencias fundamentales,
manifestó que son las altas, medias y bajas. Por encima de las altas, está el
ultrasonido y por debajo el infrasonido.
Mediciones
Con referencia a las mediciones,
comentó que siempre lo que se mide es inmisión, que es el sonido que llega a un
punto determinado. La emisión solo puede medirse indirectamente. Lo mejor es
contar con un sonómetro clase 1 que tenga Modo Integrador, salida de audio y
respuesta lenta (slow), rápida (fast) e Impulsiva (I), para promediar el sonido
en intervalos de tiempos cortos y largos (ocho horas) y lo correcto, es apoyar
el instrumento sobre un trípode a una distancia que no debe ser menor a 1,20 metros ni mayor de
1,50.
Si lo que se busca es medir el
riesgo auditivo, el decibel que debe aplicarse es el “A”, en la baja frecuencia
el “C”, en el ultrasonido la ponderación plana o decibel “Z” y para el
infrasonido el “G”. En el caso de los sonidos impulsivos, como los que ocurren
en los polígonos de tiro, lo aconsejable es el “C” y emplear el sistema de
picos.
Con relación a los armónicos,
informó que todos ellos son múltiplos de la frecuencia fundamental y cuanto
menos armónicos tiene un sonido, más puro es.
El espectro, indicó que es la
representación de todas las frecuencias y amplitudes en forma de tabla o
gráfico. Para estudiarlas, se utiliza un instrumento denominado Analizador del
Espectro, que se compone de distintos filtros. Los más conocidos son las bandas
y los tercios de octava.
Audiometrías
Las audiometrías laborales,
expresó que deben realizarse después de un descanso, nunca un día viernes. Una
de ellas, la audiometría tonal determina hipoacusia, que generalmente se da en
una frecuencia de 4 kilohertz. Lo ideal sostuvo que es combinar el estudio por
vía áerea y ósea (vibrador detrás de la oreja) para revelar problemas en el
oído medio.
Sobre el particular, añadió que
el habla y las frecuencias relevantes están comprendidas entre un rango de 100
y 8000 kilohertz.
Lo que ocultan los músicos
Finalmente, aconsejó el uso de
protectores auditivos en ambientes ruidosos para evitar la pérdida de audición.
Están hechos de material absorbente (lana de vidrio o espuma) y “son muy
molestos pero permiten atenuar el impacto de sonidos como compresores
(talleres), amoladoras (construcción) y equipos de música (discotecas)”.
En este último ambiente reveló
que es muy difícil, porque la gran mayoría de los músicos y discjockey se
niegan a utilizarlos para no reconocer que lo que les gusta, les da prestigio y
es el origen de sus ingresos, puede ser dañino para la salud.
Publicado por periódico digital El Sembrador. Disponible en sitio web:
http://www.periodicosembrador.com/sitio/noticia/291/Federico-Miyara-diserto-sobre-ruido-laboral-en-la-Universidad-Tecnologica-Nacional.htm
Publicado por periódico digital El Sembrador. Disponible en sitio web:
http://www.periodicosembrador.com/sitio/noticia/291/Federico-Miyara-diserto-sobre-ruido-laboral-en-la-Universidad-Tecnologica-Nacional.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario