REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
Zonas exclusivas
para boliches en Montevideo
Hace algunos años, una encuesta
decía que la ciudad de Montevideo era una de las preferidas de toda Sudamérica
para vivir en ella. Los parques, esos espacios verdes con un aroma muy especial
que ha desaparecido del resto de las ciudades, la hospitalidad de su gente, el
ambiente estudiantil, el alto nivel de educación y respeto de todos sus
habitantes, eran algunos de los motivos que hacían ver con muy buenos ojos la
capital de la República Oriental
del Uruguay. Lamentablemente la era de la violencia acústica, que se ha expandido
por todo el continente para descontrolar a los jóvenes, quebrar valores,
destruir familias, e incentivar el consumo y las adicciones, ha dañado la
imagen
de esta metrópoli y comenzó a
hacer estragos en las relaciones sociales.
El desarrollo anárquico de los
equipos de audio que han multiplicado su potencia sin límites y la promoción
mediática de géneros musicales basados en las frecuencias bajas, que producen
alteraciones psíquicas, han hecho crecer las denuncias y la indignación lógica
de vecinos que no están dispuestos a tolerar semejante nivel de agresión.
Locales bailables
La inacción del Estado, que ha
permitido esta situación y autoriza que los locales bailables pululen por
distintos puntos de la ciudad, no acusticen debidamente sus instalaciones y sus
concurrentes hagan uso y abuso del espacio público, ha agravado el conflicto y
está en el centro del debate.
Los barrios más afectados son
Buceo, Pocitos, Punta Carretas y la zona céntrica.
La realidad es que la música,
vibraciones, gritos, golpes y saltos son incompatibles con el descanso; las
mediciones de los inspectores violan el derecho de propiedad, efectuándose en
el dormitorio del denunciante y no en el exterior de cualquier predio vecino
como ocurre en Argentina y otros países; no se utiliza el decibel “C” ni el
Analizador del Espectro para medir la frecuencia (causante de la molestia); y
solo se controla la intensidad.
Zonas exclusivas
Esta situación ha llevado a
plantear la necesidad de establecer zonas exclusivas en que no vivan vecinos,
para ubicar todos los establecimientos de diversión nocturna.
La idea cuenta con el aval del
prosecretario de la
Intendencia Jorge Rodríguez y entre los posibles lugares se
menciona el Parque Rodó y el faro de Punta Carretas.
La Defensoría de los Vecinos
ha propuesto utilizar el mecanismo de audiencia pública antes de conceder la
habilitación a este tipo de emprendimientos para que el vecino pueda
expresarse, tenga voz y voto.
El tiempo apremia
Lo cierto es que es imposible
conciliar la contaminación sonora y la cohesión social, no solo van por caminos
diferentes sino que se oponen entre sí y si los gobernantes pretenden
reconstituir el tejido social, restaurar la calidad de vida de la población y
recuperar la mística de la ciudad, deben tomar una decisión y lo más pronto
posible.
Publicado por diario El Observador. Disponible en sitio web:
Publicado por diario El Observador. Disponible en sitio web:
Publicado por diario La República de Montevideo. Disponible en sitio web:
Publicado por Defensoría del Vecino de Montevideo.
Disponible en sitio web:
Publicado por periódico digital La Conquista del Silencio.
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