La Coordinadora Interbarrial contra los Ruidos Molestos Unidos por el Silencio alcanzó la adhesión de más de 2000 personas a su proyecto de Sanción y Ordenamiento del Ruido e incorporó dos nuevos barrios a su cruzada contra los Ruidos Molestos.
La barrera de las 2000 firmas fue superada en la mañana de ayer cuando los integrantes de esta agrupación se instalaron en la peatonal, frente a la salida de la Galería Junín y lograron el apoyo de gran cantidad de transeúntes que detuvieron su marcha para apoyar el proyecto que tiene como objetivo terminar con el ruido domiciliario, causado por vecinos irrespetuosos y el comercial, producido por confiterías bailables (más conocidas como boliches) y salones de fiesta.
Numerosas personas que circulaban por la peatonal se detuvieron al escuchar que un grupo de vecinos estaba juntando firmas contra los ruidos molestos y decidieron brindar su respaldo, en algunos casos agobiados por esta situación y en otros, por solidaridad con quienes los padecen. Lo cierto es que muchos de los que pasaron por el lugar, relataron sus experiencias y requirieron asesoramiento de parte de la Coordinadora para tratar de resolver esta problemática que aqueja a una gran parte de la comunidad.
Por otro lado, en su habitual reunión de los días sábados, Unidos por el Silencio recibió a vecinos provenientes de los barrios Arazaty y Unión, quienes explicaron la lucha que están sosteniendo contra “boliches” improvisados y mal educados disfrazados de deportistas.
Con respecto al barrio Arazaty, las familias que decidieron integrarse a la Coordinadora comentaron que ya llevan realizadas 16 exposiciones contra el “boliche” Rivera, que funciona en forma irregular desde hace 30 días. Especificaron que está habilitado sin tener techo y que debido a los ruidos que emanan del lugar, por el excesivo volumen de la música, el horario de descanso para la mayoría de los habitantes de esa zona, se ha convertido en una tortura.
Con referencia al barrio Unión, la situación generada en una cancha ubicada en Cazadores Correntinos y Australia, por protagonistas de partidos de fútbol, se ha transformado en un grotesco que atenta contra la vida, el descanso y la propiedad de una familia que debe soportar los sábados y domingos, no solo el clásico “pelotazo” sino también que utilicen el frente de su casa como mingitorio y vestuario. Una de las propietarias mencionó que al arribar cada uno de los jugadores, generalmente lo hacen en moto y dejan el volumen de la música a todo lo que da mientras disputan el partido. En tanto que al terminar, manifestó que aprovechan que la entrada a su domicilio no está cerrada para ingresar, desnudarse en forma total, orinar, cambiarse por completo y alcoholizarse.
Ante la gravedad de la situación que atraviesan estos dos barrios, Unidos por el Silencio se comprometió a incluir cada uno de los temas en la reunión que mañana martes a las 19 horas, mantendrán con el subsecretario de Control Urbano, Raúl Nicolini.
“Esperamos una respuesta contundente y definitiva”, advirtieron los integrantes de la Coordinadora.
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